domingo, 21 de noviembre de 2010

DEPRESIÓN POST-ERASMUS: MITO O REALIDAD

Algunos psicólogos afirman que, una vez regresan a sus casas, los estudiantes Erasmus pueden sufrir los síntomas de una nueva patología: la depresión post-eramus.




Fiestas, amistades y viajes son algunos de los elementos que integran la vida de un estudiante Erasmus. Es una experiencia muy intensa pero que no dura para siempre. Una vez que ha concluido la beca, el estudiante vuelve a su casa y comienza un nuevo periodo en su vida. Este periodo ha sido denominado por algunos expertos como el fenómeno de la "depresión post-erasmus".

Virginia García Saiz es una chica de veintidós años, estudiante de Administración y Dirección de Empresas de la Universidad Carlos III, que escogió su quinto año de carrera para irse de Erasmus a una pequeña localidad de Holanda, llamada Nigmejen, donde estuvo durante seis meses, durante el curso 2009/2010.

"Fue una experiencia inolvidable, es como un mundo aparte", explica Virginia. "El problema es la vuelta a casa. Por un lado supone recuperar la estabilidad perdida durante un semestre, pero por otro sientes que te falta algo, un vacío que no se como explicar".

Además, como ella, la mayorá de los estudiantes Erasmus viven la experiencia de forma muy intensa, tanto en sus relaciones personales, como en las actividades que se realizan (de tipo cultural, viajes...).

Ya hace un año que Virginia ha regresado de su Erasmus y aún se emociona al hablar de su estancia en Holanda. A pesar de afirmar que no tuvo problemas con sus padres y hermanos a su vuelta, reconoce que echa de menos la convivencia con los otros estudiante y la independencia con la que contaba allí.

Sin embargo, no todo el mundo entiende que los estudiantes erasmus puedan estar afligidos cuando vuelven, y mucho menos que eso se catalogue como enfermedad. Un ejemplo es Alicia García Senín, una estudiante de cuarto año de Arquitectura Técnica que por diferentes motivos no ha disfrutado de una beca Erasmus.

Asegura no entender que personas. que a su juicio son privilegiadas por haber vivido una experiencia tan enriquecedora e inolvidable, se quejen, e incluso se depriman porque dicha experiencia no se prolongue, cuando hay muchísimos estudiantes que aunque quisieran no pueden disfrutarla.

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